Entrevista realizada por el Movimiento Cultural Barrio San Martín a Carlos Piano 1ra. entrega domingo 31-1-2021

 Primera parte de la entrevista realizada por el 

Movimiento Cultural Barrio San Martín

al músico, poeta, autor y compositor, 

2da entrega: domingo 7-2-2021


@EDICIÓN DE CUARENTENA
EN MEDIO DE LA EXTENSIÓN DEL PERÍODO DE DISTANCIAMIENTO SOCIAL, PREVENTIVO Y OBLIGATORIO, Y DE LOS PROTOCOLOS OBLIGATORIOS CONTRA EL COVID-19
COMO PARTE DEL CICLO DE ENTREVISTAS A PRECURSORES, CREADORES Y NOTABLES DEL QUEHACER CULTURAL EN CÓRDOBA Y EL PAÍS
-DIÁLOGOS SOBRE LA CÁRCEL DEL BARRIO SAN MARTÍN, LA MEMORIA Y LA CULTURA EN LAS CIRCUNSTANCIAS SOCIALES E HISTÓRICAS-
ENTRE BARRIO JARDÍN DEL SUR Y BARRIO SAN MARTÍN

ENTREVISTA A CARLOS PIANO
Carlos nació en La Falda y creció en esta ciudad Córdoba. Es músico, autor, compositor e intérprete. Su obra representa un testimonio estético que sobresale por la calidad poética que aloja en la fusión de diversos ritmos regionales: rock, folclore, tango y la música del Brasil.
Durante la última dictadura militar se vio obligado a exiliarse en Brasil. Volvió en 1980 y formó el célebre dúo Carlos Piano / Claudia Maté. Desde entonces, su extenso trayecto de presentaciones en festivales y salas, no se detuvo. Lleva editados varios discos, entre los que se cuentan Noticias del Barrio San Vicente (1992), En vivo en el Salón Dorado (Buenos Aires, 2001), y Carnalval (2012). Compartió grabaciones y escenarios con músicos de la talla de Ica Novo, César Isella, Ariel Borda y Tití Rivarola y muchos otros.
En su faceta literaria, ha publicado libros de poesía en Argentina y en España. Y acaba de aparecer 51 letras a través de la editorial Textos intrusos
PRIMERA PARTE
-MCBSM: Hola Carlos, queremos agradecerte que hayas aceptado dialogar a distancia por las razones que se dan en este marco imprevisto y difícil que vive la humanidad. Por eso mismo, es casi imposible no preguntarte cómo has vivido el año que pasó, y qué expectativas tenés en relación al tiempo venidero
-Carlos: Hola, también yo agradezco esta posibilidad de conversar con ustedes. Todo lo que pasó en el 2019 desató sensaciones encontradas. Nos estábamos despidiendo de un año anterior que fue bastante feo: la terrible represión en Chile contra la gente que se había levantado frente a una situación que era insostenible, y también el golpe de Estado en Bolivia. Acá, por lo menos, lográbamos una brizna de esperanza dejando atrás los cuatro años nefastos del neoliberalismo que fueron tremendos, sumando la situación en Brasil y la derrota electoral del Frente Amplio en Uruguay.
En suma, salvo por lo que había pasado en México con el triunfo de López Obrador y que acá salía electo Alberto Fernández, a nivel político y social hubo una confluencia de factores ambientales, económicos y de todo tipo que hacía que el mundo se presentara a inicios del 2020 con un panorama bastante feo. Y como frutilla de esa torta vino a aparecer esta pandemia de la que fuimos tomando conciencia de a poco.
En mi caso, la viví como parte de todo lo que venía pasando. Fue como despertar de una pesadilla para encontrarme en medio de una distopía inexplicable que, bueno, ni más ni menos tiene que ver con todo lo que en el mundo se venía dando.
Se dijo mucho al principio, que de esta situación íbamos a salir mejores, que la humanidad iba a aprender esto y aquello. Y, en realidad, la lectura que uno puede ir haciendo de estos meses es que estamos peor pero no somos peores tampoco. Y que no salimos mejores de lo que éramos, seguimos siendo exactamente los mismos, sólo que la evolución de todo esto nos vino a mostrar un rostro de la condición humana que es bastante descorazonador, para decirlo de algún modo.
A nivel personal, y creo que para todos los que tenemos algún tipo de proyecto intelectual o artístico, que en definitiva siempre tiene las características de desarrollarse en soledad, algo de esta etapa vino bien porque me permitió el trabajo de introspección y de observación a la distancia.
-MCBSM: Sos uno de los músicos notables de esta ciudad que fue creciendo desde aquel célebre dúo que integraste con Claudia Maté a principios de los años 80. Muchos conocemos la calidad de música y letras que distingue a tu obra y acaba de salir 51 letras, un libro que se distribuye a través de la tienda virtual El Caldero en papel y en soporte digital.
¿Podés contarnos sobre esta publicación tan reciente?
-Carlos: El proyecto de publicar salió a partir de ponerme a revisar toda una serie de cosas y de la idea de meter en un librito algunas letras de mis canciones hechas en distintas épocas. También gracias a la instancia de dos amigos que me alentaron porque valoran esas letras como poesía, al margen de la música. Y esto me llevó a terminar otro libro que dentro de unos meses pienso publicar.
51 letras tiene que ver con lo que me ocurrió el año pasado a nivel personal, como recién les contaba. Para los que tenemos un proyecto de naturaleza intelectual y artística se dio la posibilidad de procesarlo de otra manera y sobrevivirlo de una forma distinta que la gente de otros oficios o profesiones.
-MCBSM: En estas condiciones geopolíticas asistimos a un mundo repleto de desigualdades. Unos países fuertes respecto de otros supuestamente débiles han podido enajenar recursos, imponer sus estructuras económicas, financieras y tecno-científicas y hacer que las riquezas producidas se concentren en pocas manos. Así como crear medios de comunicación en que la pluralidad sólo aparece como una rara avis de conductas informativas, de transmisión o intercambio cultural.
Como decías, se trata de un mundo que en parte es descorazonador, pero como en toda crisis salen personas y grupos que reflexionan y le buscan la vuelta a cómo el nefasto rasgo de la voracidad mezquina pueda modificarse de algún modo para dar paso a formas sustentables y felices de vida.
En este contexto, ¿qué valor cobra la poesía no sólo como un género literario sino como actividad portadora de la palabra. Y qué novedades puede darnos una obra poética sobre todo cuando está ligada a la canción. Para que, por ejemplo, dejemos de repetir estribillos “marquetineros” o consignas que por repetidas van perdiendo riqueza de sentidos.
Concretamente, ¿qué entidad o qué valor le das a la poesía en esta crisis mundial?
-Carlos: Es una pregunta que se me hace bastante difícil responder, porque soy un tipo que tiene dificultades para expresarse y creo que en esas dificultades para expresarme en términos explicativos reside el hecho de que utilice el lenguaje poético como forma de comunicarme.
Entre todo el lenguaje escrito, hablado y gestual, la poesía tiene sus particularidades. A mi juicio tiene esa capacidad de hacer preguntas y creo que se define más por lo que deja abierto que por las respuestas o las definiciones que logra. En tiempos inmemoriales, antes del lenguaje escrito, la poesía era utilizada como recurso nemotécnico y desde entonces viene acompañando a la humanidad. Y, así, en la evolución de sus contenidos nos acompaña en cantidades de crisis, desastres, hecatombes, cambios y en tantas otras circunstancias como posibilidades de la existencia humana haya.
Creo que este momento de crisis sanitaria pone a la luz una serie de cuestiones que involucran a todo el desarrollo social alcanzado, a la evolución de la forma humana de ser y a las distintas formas de construcción cultural. Está todo bastante bastardeado y utilizado a beneficio de un sistema que ya está totalmente corrupto y lo único que puede tirar, salvo cuestiones muy puntuales, es eso que aludías: recursos marquetineros, consignas vacías o nihilistas que muchas veces son hasta de dudosa estética.
El valor que pueda tener la poesía lo voy a tomar como una respuesta individual. Y no sé si es por cuestión de elección o de posibilidades expresivas, pero particularmente es la única manera que tengo para transmitir las cosas que llevo adentro, las que observo y vivo. Siento que es el único lenguaje que estoy en condiciones de aplicar.
-MCBSM: Terminamos el año con la aprobación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. El debate ciudadano y parlamentario en general ofreció fundamentos sólidos para llegar a establecer una norma que sobre todo tiene la misión de erradicar procedimientos clandestinos reñidos con el más elemental aprecio por la integridad emocional y física de mujeres. También hubo las consabidas zancadillas de quienes alentaron divisiones ideológicas que llevaran a no tratar el tema y en definitiva negar sus graves efectos. Argentina ya cuenta con esta ley, y ojalá que ofrezca y abra perspectivas amplias y conscientes porque es lo que se espera de una ley de semejantes características. Ya que influirá en diversos sentidos de nuestra existencia personal y social, en nuestro modo de pensar y sentir, de vincularnos, de compartir y en la capacidad pública de cooperar en situaciones humanas difíciles.
-Carlos: Yo también creo que es importantísimo que se haya votado esa ley. Fuimos terminando el año con algunas noticias buenas: la ley de interrupción voluntaria del embarazo y la vacuna que llegó. Fue así que un año difícil de algún modo lo terminamos lindo.
-MCBSM: En el prólogo de 51 letras Jorge Hardmeier escribió que el amor es el elemento central de tu búsqueda poética y musical, y está muy expuesto a los sentidos que ese sentimiento es una sustancia principal de tu composiciones.
Estamos acostumbrados a que el amor y sus emociones sea un sentimiento que se reduce a las personas conocidas; el que practicamos en pareja, con familiares o amigos y sólo en nuestro círculo íntimo y cotidiano de vida. Pero, por ejemplo, nunca lo pensamos como un motor político de cambios. La política en la medida que cree que es racional y desprendida de las emociones más primitivas ha sabido creerse más efectiva, concreta y con mejores planes y dogmas.
Así, en su modo tradicional de vincular el pensamiento y la acción, por lo menos formalmente no aparece ligada al mundo subjetivo de las emociones.
¿Qué podés contarnos de esta búsqueda relacionada con el amor, incluida en procesos históricos de cambios?
-Carlos: Tenemos un concepto universal sobre el amor y la acepción más común es esa que comentás, pero en realidad creo que el mismo término es tan abarcativo y extenso hasta el punto de ser algo que trasciende todas las instancias personales. Y quizás sea demasiado grande como para abordarlo desde nuestra limitada condición de humanidad, pero sí como para vislumbrarlo. En ese sentido, y si se quiere acotado a nuestra vida terrenal, se puede hablar de amor por todo lo que está vivo y que nos permite estar vivos: las plantas, los peces y los animales entre los cuales estamos nosotros.
Y el concepto de humanidad es necesario para entender el amor puesto en las relaciones sociales. El hombre es un ser social por naturaleza y la política no puede ser algo aséptico, extrahumano, y que prescinda de ser una presencia vital y solidaria constante. La política tiene básicamente la misión de sistematizar la forma natural de asociación que tenemos los seres humanos y que nos ha permitido llegar hasta dónde llegamos, con todo lo bueno y malo.
De todos modos la política es el accionar de la polis, y es ahí cuando entra el concepto gregario de asociación para establecer pautas de convivencia.
La política no se puede despegar de esa parte porque básicamente es un ejercicio humano de vida al que no se lo puede poner en una categoría aséptica y distanciada bajo la mirada de una ciencia exacta. Las ciencias humanas tienen sus particularidades, porque tratan sobre las condiciones cambiantes y distintas de nuestras vidas, y ya conocemos los beneficios y también los daños que puede aportar ese conocimiento. La economía, por ejemplo, es una ciencia humana distinta a la astronomía que sí es una ciencia exacta, y son otros sus paradigmas y sus métodos de comprobación.
La psicología y la sociología son conocimientos que están en constante evolución, o que deberían estarlo. Porque la casuística que recogen esas ciencias es el material sobre el que se van cimentando.
En cualquier cosa que hagamos en la vida si no nos mueve el amor y la intención fundamental de dar algo bueno al otro sin medir ventajas, creo que directamente no le sirve de nada a la parte buena de nuestra condición humana.

Continúa en la Segunda Parte…

Carlos Piano
Foto: MMprensa



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Sin el manto protector de la música la palabra desnuda queda expuesta.
Sin la voz que la canta o dice, carece del soporte vivo que la pone en juego.
Quieta y muda se parece más a letra muerta. Inerte y fría.
La fuerza activa del lenguaje debe entonces manifestarse por sí misma desde las letras impresas sobre el blanco vacío del papel, y le toca al lector ponerle vida.
Son las mismas canciones, es un modo diferente de exponerlas.
Son las mismas ideas y motivaciones, y la misma intención que en este caso se refuerza, nunca he cantado para todos sino, más bien, para cada uno.
Y aquí queda cada uno en contacto directo con la palabra, con la idea, con la emoción.

Carlos Piano



Carlos Piano. 6 de febrero de 1955. La Falda. Córdoba. Argentina
Músico. Autor. Poeta. Compositor. Intérprete.
Su carrera artística comienza en 1976, durante su exilio, en San Pablo, Brasil.
Ya, a su regreso a la Argentina en 1980, con su guitarra y su voz, transita diferentes escenarios tanto del país como del exterior.
Sus poemas fueron incluidos en diversas antologías.
5letras, incluye algunas de sus canciones desde el comienzo de su carrera hasta la actualidad.